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Retiro Espiritual EMC 02 Agosto 2008

Retiro Espiritual de la EMC
"Mire que le mira"
(Vida 13,22 Santa Teresa)

Caracas, 02 Agosto 2008
Monasterio Hnas. Carmelitas Descalzas
Ponentes: P. Iván Mora Pernía y Prof. Elena Briceño

Somos Iglesia en el corazón del mundo y como dice Edith Stein: “Toda oración auténtica es oración de la Iglesia, y es la Iglesia misma la que ahí ora, porque es el Espíritu Santo el que vive en ella el que, en cada alma, “intercede por nosotros con gemidos inefables” (Rom 8,26) Precisamente esto es la oración “auténtica” pues “nadie puede decir Señor Jesús, sino en el Espíritu Santo” (1Cor 12,3). “Yo rogaré al Padre y les dará otro Consolador, a saber: El Espíritu de Verdad” (Jn 14,16). Por eso, durante nuestros encuentros en la EMC evidenciamos cómo los Dones del Espíritu Santo, nos permiten sobrenaturalizar lo natural y cómo también podemos pedir a Dios nos colme con su gracia para servir a los demás y hacer su voluntad.

Don de Sabiduría: Comienza con el (respeto a) temor de Dios, se alimenta de la Palabra de Dios, la oración y los sacramentos. Es por excelencia, el don de la experiencia mística.
Don de Inteligencia: Nos ilumina para comprender los misterios de Dios y el hombre. Y cuando desarrollamos para el bien de todos las cualidades y dones recibidos.
Don de Consejo: Nos capacita para orientar con sabiduría según la voluntad de Dios.
Don de Fortaleza: Nos reviste de la fuerza de Dios y, capacita para actuar en el servicio y para sostenernos durante las pruebas y dificultades de la vida.
Don de Ciencia: Lo recibimos cuando el E. S., nos ayuda a discernir entre el bien y el mal y cuando transmitimos con humildad y verdad lo que conocemos de Dios.
Don de Piedad: Nos da sentido filial y fraterno y nos lleva desde el respeto a Dios y a la vida a la virtud de la justicia.
Don de Temor de Dios: Cuando tomamos conciencia del respeto que le debemos a Dios. Este don nos mantiene conscientes de nuestra pequeñez ante Dios. (Moisés y los patriarcas A T. María N T.)

Canciones que hace el alma en la íntima unión con Dios.

¡Qh llama de amor viva, / que tiernamente hieres / de mi alma en el más profundo centro!
pues ya no eres esquiva, / acaba ya, si quieres; / ¡rompe la tela de este dulce encuentro!

“Esta llama de amor viva es el Espíritu de su Esposo, que es el Espíritu Santo, al cual siente ya el alma en sí, no sólo como fuego que la tiene consumida y transformada en suave amor, sino como fuego que, además de eso, arde en ella y echa llama, y aquella llama, cada vez que llamea, baña al alma en gloria y la refresca en temple de vida divina. Y esta es la operación del Espíritu Santo en el alma transformada en amor, que los actos que hace interiores es llamear, que son inflamaciones de amor en que unida la voluntad del alma, ama subidísimamente, hecha un amor con aquella llama. Y así, estos actos de amor del alma son preciosísimos; y merece más en uno y vale más que cuando había hecho en toda su vida sin esta transformación, por más que ello fuese. Y la diferencia que hay entre el hábito y el acto, hay entre la transformación en amor y la llama de amor, que es la que hay entre el madero inflamado y la llama de él: que la llama es efecto del fuego que allí está! “ (San Juan de la Cruz)

Texto para reflexionar de Santa Teresa de Jesús: Camino 26, 1-3:
1. Ahora, pues, tornemos a nuestra oración vocal para que se rece de manera que, sin entendernos, nos lo dé Dios todo junto, y para -como he dicho- rezar como es razón.
La examinación de la conciencia y decir la confesión y santiguaros, ya se sabe ha de ser lo primero.
Procurad luego, hija, pues estáis sola, tener compañía. Pues ¿qué mejor que la del mismo maestro que enseñó la oración que vais a rezar? Representad al mismo Señor junto con vos y mirad con qué amor y humildad os está enseñando. Y creedme, mientras pudiereis no estéis sin tan buen amigo. Si os acostumbráis a traerle cabe vos y El ve que lo hacéis con amor y que andáis procurando contentarle, no le podréis -como dicen- echar de vos; no os faltará para siempre; ayudaros ha en todos vuestros trabajos; tenerle heis en todas partes: ¿pensáis que es poco un tal amigo al lado?

2. ¡Oh hermanas, las que no podéis tener mucho discurso del entendimiento ni podéis tener el pensamiento sin divertiros!, ¡acostumbraos, acostumbraos! Mirad que sé yo que podéis hacer esto, porque pasé muchos años por este trabajo de no poder sosegar el pensamiento en una cosa, y eslo muy grande. Mas sé que no nos deja el Señor tan desiertos, que si llegamos con humildad a pedírselo, no nos acompañe. Y si en un año no pudiéremos salir con ello, sea en más. No nos duela el tiempo en cosa que tan bien se gasta. ¿Quién va tras nosotros? Digo que esto, que puede acostumbrarse a ello, y trabajar andar cabe este verdadero Maestro.

3. No os pido ahora que penséis en El ni que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis. Pues ¿quién os quita volver los ojos del alma, aunque sea de presto si no podéis más, a este Señor? Pues podéis mirar cosas muy feas, ¿y no podréis mirar la cosa más hermosa que se puede imaginar? Pues nunca, hijas, quita vuestro Esposo los ojos de vosotras. Haos sufrido mil cosas feas y abominaciones contra El y no ha bastado para que os deje de mirar, ¿y es mucho que, quitados los ojos de estas cosas exteriores, le miréis algunas veces a El? Mirad que no está aguardando otra cosa, como dice a la esposa, sino que le miremos. Como le quisiereis, le hallaréis. Tiene en tanto que le volvamos a mirar, que no quedará por diligencia suya”. Santa Teresa de Jesús

Texto Bíblico para reflexionar y orar: Jesús y Nicodemo: Juan 3, 1-22

1 Entre los fariseos había un personaje judío llamado Nicodemo. Este fue de noche a ver a Jesús y le dijo: 2 "Rabbí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tú haces, a no ser que Dios esté con él." 3 Jesús le contestó: "En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo desde arriba." 4 Nicodemo le dijo: "¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿Quién volverá al seno de su madre?" 5 Jesús le contestó: "En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu. 7 No te extrañes de que te haya dicho: "Necesitan nacer de nuevo desde arriba". 8 El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu." 9 Nicodemo volvió a preguntarle: "¿Cómo puede ser eso?" 10 Respondió Jesús: "Tú eres maestro en Israel, y ¿no sabes estas cosas?
11 En verdad te digo que nosotros hablamos de lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. 12 Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo? 13 Sin embargo, nadie ha subido al Cielo sino sólo el que ha bajado del Cielo, el Hijo del Hombre. 14 Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, 15 y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna. 16 ¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
17 Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. 18 Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo único de Dios. 19 Esto requiere un juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. 20 Pues el que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras malas sean descubiertas y condenadas. 21 Pero el que hace la verdad va a la luz, para que se vea que sus obras han sido hechas en Dios.
Recordando al Hno Lorenzo…
“Si se practica la Presencia de Dios como es debido, en poco tiempo se llega a ser espiritual”. Sus escritos y consejos están llenos de sugerencias pedagógicas para vivir la Presencia de Dios:

Comienza sincerándote contigo mismo, QUERER conocer la dicha de la Presencia de Dios y de una vez y para siempre, pues la vida se encargará de ahogar las buenas resoluciones si tú no las vuelves a poner una y otra vez en práctica. Por eso insiste en que nos dejemos de andar cocinando sin Dios nuestros asuntos.

Sigue con el PENSAMIENTO puesto en ÉL, con jaculatorias, oraciones donde lo hagas presente como el Padrenuestro, o tal vez orar junto con María. Dios está en todas las cosas, pero principalmente dentro de ti.

La idea es ir adquiriendo el hábito de vivir conscientemente al sol de la Presencia de Dios y la REPETICION de los actos de su presencia es determinante. Sólo a base de machacar se aprende el oficio .

Los momentos o TIEMPOS FIJOS. Al prestar mayor atención a Dios en el curso de la jornada dará sus frutos en los tiempos más largos.

“No debemos cansarnos de hacer pequeñas cosas por amor de Dios, que no mira la importancia de la obra, sino el amor”... “Trabajos ordinarios, si, pero hechos por puro amor de Dios”.

Mateo 6, 5-18: 5 Cuando recen ni hagan como los hipócritas, que gustan orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los hombres los vean. Ellos ya recibieron su premio. 6 Tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y reza a tu Padre que comparte tus secretos, y tu Padre, que ve los secretos, te premiará. 7 Al orar no multipliquen las palabras, como hacen los paganos que piensan que por mucho hablar serán atendidos. 8 Ustedes no recen de ese modo, porque, antes que pidan, el Padre sabe lo que necesitan. 9 Ustedes, pues, oren de esta forma:

Padre nuestro, Padre de los Cielos, santificado sea tu Nombre, 10 venga tu Reino, hágase tu voluntad: en la tierra como en el Cielo. 11 Danos hoy el pan de este día 12 y perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, 13 y no nos dejes caer en la prueba, sino que líbranos del Malo. 14 Queda bien claro que si ustedes perdonan las ofensas de los hombres, también el Padre celestial los perdonará. 15 En cambio, si no perdonan las ofensas de los hombres, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

Mateo 7,7-12: 7 Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen a la puerta y les abrirán. 8 Porque el que pide, recibe; el que busca, halla, y al que llame a una puerta, le abrirán. 9 ¿Quién de ustedes da una piedra a su hijo si le pide pan, 9 o una culebra si le pide pescado? 11 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón el Padre celestial, Padre de ustedes, dará cosas buenas a los que se las pidan. 12 Entonces, todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí tienen toda la Biblia”.

Recordemos ahora a Santa Teresita:
“Comprendo que la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no extrañarse de sus debilidades, en edificarse de los más pequeños actos de virtud que les veamos practicar. Pero, sobre todo, comprendí que la caridad no debe quedarse encerrada en el fondo del corazón: Nadie, dijo Jesús, enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa (Mt 5,15).

Yo pienso que esa lámpara representa a la caridad, que debe alumbrar y alegrar, no sólo a los que me son más queridos, sino a todos los que están en la casa, sin exceptuar a nadie”. (Cfr., Ms C F.11vº-F.13rº Capítulo X La prueba de la fe)

También dijimos aquí que en aquel tiempo vivido por Santa Teresita, muchas personas se ofrecían como víctimas a la justicia de Dios, en cambio Teresita, hizo un acto de ofrenda al amor misericordioso. Nos dice ella: “Pensaba en las almas que se ofrecen como víctimas a la justicia de Dios a fin de desviar y atraer sobre sí los castigos reservados a los culpables. Esta ofrenda me parecía grande y generosa, pero estaba muy lejos de sentirme inclinada a hacerla” (Ms A F.84rº) Y en su oración escrita como Acto de ofrenda al amor misericordioso (Nº1) nos aclara: “A fin de vivir en un acto de perfecto amor, YO ME OFREZCO COMO VÍCTIMA DE HOLOCAUSTO A TU AMOR MISERICORDIOSO”.

Esto es contemplar verdaderamente: El camino de buscar a Dios es ir obrando en Dios el bien y mortificando en sí el mal” (Cántico B 3,4) “De donde, el que busca a Dios queriéndose estar en su gusto y descanso, de noche le busca, y así no le hallará. Pero el que le busca por el ejercicio y obras de las virtudes, dejando aparte el lecho(= cauce) de sus gustos y deleites, éste le busca de día y así le hallará; porque lo que de noche no se halla, de día aparece” Cántico B 3,3 de San Juan de la Cruz.

Textos Bíblicos para continuar con la experiencia de oración contemplativa:
Marcos 9,33-37
Si alguno quiere ser el primero. Marcos 8, 34-38 El que quiera seguirme, tome su cruz. Marcos 10, 13-16 Dejen que los niños vengan a mí. Marcos 12, 28-34 El mandamiento más importante. Lucas 12, 13-21 No está la vida en poseer. Lucas 12, 22-34 No se inquieten de cómo vivirán.


Dinámica dirigida por la Prof. Elena Briceño:

El gran árbol

Hace bastante tiempo, paso un sembrador por esta tierra mía y fue dejando caer sus semillas. Con cariño les hablaba y decía una cosa a cada una:
“Se un buen árbol para que se posen en ti las aves del cielo”
“Da buen trigo, para que pueda el molinero hacerte harina y ser luego un hermoso pan familiar”
“Crece bien, para girar luego con el sol “
“Danos buen aceite, para condimentar los hombres nuestros alimentos”
Y aquel sembrador salía todos los días a ver crecer el campo y veía satisfecho como cada planta echaba sus tallos y sus hojas. Sin embargo, entre todas aquellas plantas, notaba la falta de una semilla que no había salido todavía a la luz. Todos los días la esperaba ver aparecer con gran ansia.

Allí dentro de la tierra, se oía el rumor de la semilla: “Se que es hora de crecer, de salir a la tierra y echar raíces con firmeza, pero si salgo y no llueve suficientemente me moriré de sed, y si hace mucho frió me congelare, o si por el contrario hace demasiado sol, me abrazare. Puede que alguien me pise y me aplaste… Yo quisiera ver el azul del día, ser un árbol fuerte y dormir a la luz de las estrellas, pero si salgo y las cosas van mal, todo se acabara.”

Aquella semilla nunca se atrevía a crecer, hasta que un día en medio de sus dudas y miedos, recordó lo que dijo el sembrador cuando la puso en la tierra:
“Crece por que te necesitamos. Por tu lado pasaran muchas gentes y se sentaran aquí para descansar. Las aves harán nidos en tus ramas y…”

Cuando recordó todo esto comprendió que alguien le esperaba y no podía permanecer más tiempo allí, bajo el suelo. Se puso a crecer y cuando salio a la luz, encontró la sonrisa del sembrador y luego, vio un camino que pasaba por allí mismo y deseo con todas sus fuerzas crecer más. Vinieron las nieves y los vientos del invierno, pero luchaba con toda su fuerza con el fin de no ser arrastrada por el viento, no tronchada por el peso de la nieve. Y cuando la ventisca casi la tapaba, luchaba por sobresalir encima de ella. Y si la riada de lluvia llegaba hasta su tronco, aquel arbolito se agarraba fuerte a sus raíces de manera que no había forma de arrancarle del suelo.

Y siempre, todas las tardes, encontraba la mirada del sembrador que se fijaba en él y se sonreía.

Así creció, un año y otro, viendo como la gente se acercaba por el camino y al llegar a su lado, paraban, miraban el horizonte y continuaban adelante. Un día descubrió entre sus ramas una ardilla que jugueteaba saltando y que hizo un nido en un hueco de sus ramas.

Y siempre, todas las tardes, la mirada sonriente del sembrador alzaba la vista del suelo hasta el cielo para ver su última rama.

Creció y creció. La gente veía sobresalir el árbol, por encima de todos, desde muy lejos. Le llamaban “El árbol del camino”, aunque había muchos otros. Pero ninguno era tan alto y fuerte. Otro día descubrió como un águila hacia un nido entre sus ramas mas alta, por que desde allí se podía casi tocar el cielo y ver bien las estrellas. Y, como todas las tardes, la visita del sembrador que le miraba sonriente y esperaba algo mas de el.

Cada vez era mas firme, robusto y recto, y su corteza arrugada por los rigores del invierno seguía allí para testimonio de todos los que le veían y le llamaban “El viejo árbol del camino”.

Un día descubrió, cuando llegaba ya el invierno, que el sembrador tenía frió. Y aquel árbol desgajo de si una rama para que el sembrador hiciera leña y se calentara día tras día. Cuando el sembrador le visitaba le daba lo mejor de si mismo, y por su tronco corrían lagrimas de resina.

Pero un día aquel sembrador no fue a visitar el árbol. Comprendió que había llegado la hora. Aquella noche hubo una gran tormenta. Un rayo recorrió aquel árbol de arriba abajo y no quedo más que el tronco, el que la gente llama “El Tronco del Viejo Árbol”.

¿Sabes? Dicen que todas las tardes, Dios se da una vuelta por el cielo y que se para a la sombra de un Gran Árbol, lo mira, lo contempla, lo vuelve a mirar… y se sonríe.

1. ¿Qué dudas y qué miedos a veces te impiden crecer como persona?

2. ¿Cuáles son tus raíces a las que te agarras?

3. Para crecer todos necesitamos una sonrisa amiga que nos visite todas las tardes ¿Quién es para ti esa sonrisa amiga?

4. ¿Qué ardillas y que águilas anidan en tus ramas? ¿Para quién eres tu cobijo, apoyo, seguridad? ¿A quien das lo mejor de ti mismo(a)?

5. ¿Qué te sugieren las últimas líneas de la parábola?

6. ¿Consideras que la EMC sembró en tu interior semillas de contemplación para llegar a la unión con Dios? ¿Cómo o de qué manera?

Retiro Espiritual EMC 02 Agosto de 2008

Retiro Espiritual de la EMC
Caracas, 02 Agosto 2008
Monasterio Hnas. Carmelitas Descalzas

















Ponentes: Prof. Elena Briceño y Fray Iván Mora Pernía